EL 28 de agosto de 1911, Ishi, el último indio Yahi, es capturado en California.
Ishi fue un indio Yahi que nació en la vertiente oriental del Monte Lassen, California. Su grupo tribal fueron los Yana, que vivían en relativo aislamiento, los contactos se limitaban a tribus vecinas (Maidu, Wintun).
La fiebre del oro de mediados del siglo XIX, hizo que la invasión de colonos blancos a sus territorios fuera incontenible. La tribu fue exterminada, un grupo de siete sobrevivientes, entre los que se encontraba Ishi, aprendió a vivir de manera invisible para los blancos, escondiéndose en refugios y cuevas.
La situación duró varios años, uno a uno fueron muriendo, Ishi quedó solo. Desamparado, vagó por el territorio, hasta que -el 28 de agosto de 1911- en pésimas condiciones se le encontró agazapado en las afueras de Oroville, California. El Sheriff lo encarceló para su protección, para dejarlo luego bajo la tutela de Alfred Kroeber, antropólogo del Museo de Antropología de la Universidad de California.
Ishi comenzó a vivir en el Museo, transmitió la historia Yahi y recreó -fabricando herramientas con la tecnología tribal- los elementos de su cultura.
Volvió a su tierra natal junto a Kroeber y un joven aprendiz en 1914, oportunidad para revivir lo vivido en los sitios que había amado.
Pasó sus últimos años en el Museo, un lugar en el que se consideraba a salvo y donde podría dejar testimonio de un pueblo que ya no existía.
Murió de tuberculosis el 25 de marzo de 1916. Su cuerpo junto con algunas de sus posesiones, fueron incinerados de acuerdo con la costumbre de su pueblo.
Theodora Kroeber, esposa del antropólogo amigo, conocedora del intercambio cultural entre su marido e Ishi, dejó la historia de vida de éste en dos libros: Ishi, en Dos mundos e Ishi, el Último de su Tribu, que presentamos digitalizado.
Origen multiétnico ?
En 1996, el antropólogo Jerald Johnson, sostuvo que la altura de los Yahi era menor a 1,60 m. Ishi medía 1,75 m, su cabeza era más amplia que la media de su tribu. Postuló la posibilidad que al menos un 50% de su ascendencia fuera Maidu o Wintun, tribus vecinas y tradicionales enemigos de los Yahi.
Por otra parte, Steven Shackley, arqueólogo de la Universidad de California, hizo un estudio de las puntas de proyectil confeccionadas por Ishi para el Museo y concluyó que su producción presentaba más similitudes con las de los Wintu que con las de los Yahi. Ishi pudo haber aprendido de un pariente masculino de esa tribu.
Esto haría más romántica y triste de la historia de Ishi. Ser de sangre mezclada, es un ejemplo de la presión cultural de los anglos con la consecuente disminución de la población nativa, que llevó a los naturales a casarse con los enemigos.
Algunos de sus dichos:
“Aquí no queda ninguna presencia de espíritus. Soy el último del Pueblo, cuando haya desaparecido, será como si nunca hubiésemos existido.”
“El Gran Valle es más grande que la mayor de las praderas. No uno, sino muchos ríos atraviesan trazando vueltas y curvas. Las encinas crecen altas y cargadas de bellotas. ¡Y las hierbas cubren la tierra! En un tiempo, el pueblo del valle y los ciervos del valle engordaban aquí y había gran cantidad de ellos. Ahora engordan los sàldu (hombre blanco) y sus vacas. ¡Muchos sàldu!, están en todas partes… ¡demasiados sàldu!”
“Cuando el último árbol sea cortado, cuando el último río sea contaminado, se darán cuenta que el dinero no se come.”
“Ahora lo sé: no hay nada que esté mal en los pies de los sáldu. Lo que está mal es lo que vosotros llamáis zapatos. ¿Cómo sabes por dónde andas cuando tus pies no tocan la tierra?”
Nunca quiso decir su verdadero nombre. Cuando le preguntaron por qué, el respondió “No tengo ninguno, porque no hay gente para nombrarlo”.