Por Adriana Flores.
Bomberos voluntarios de la ciudad extienden la invitación a todas las personas que deseen sumarse a la formación de Bomberos Voluntarios. Joel Bufarini y Alejandro Rojas -Primer y Segundo Jefe respectivamente, de los bomberos de la cuidad de Roque Sáenz Peña- nos cuentan acerca de su vocación desde niños y del orgullo que sienten por el loable trabajo que realizan.
En el día internacional del bombero voluntario el pasado 4 de mayo, -fecha que se remonta al año 1999, cuando en la localidad canadiense de Linton, perecieron cinco bomberos durante la extinción de un incendio forestal- recordamos que en Argentina existen actualmente más de 900 cuerpos de bomberos activos, en los que prestan servicio unos 43 mil bomberos, de los cuales, aproximadamente 7000, son mujeres.
Según cifras oficiales, tan solo en 2021, en gran parte debido a la sequía en el país se han combatido más de 63 mil incendios y se han realizado aproximadamente unas 24 mil intervenciones de rescate, lo cual da cuenta del invaluable servicio social que nos prestan.
Joel y Alejandro, ambos de 20 años, se denominan a sí mismos con mucho acierto: “el cuartel joven”. Fueron parte de la dotación chaqueña que se sumó para combatir los incendios forestales que afectaron a la provincia de Corrientes, durante el año 2022.
Los jóvenes bomberos dieron a conocer que el cuartel brinda capacitaciones a los aspirantes a bomberos durante el plazo de seis meses, para posteriormente rendir exámenes teóricos y especialmente físicos, debido a la gran exigencia propia de las tareas que realizan.
Consultados sobre el apoyo de la comunidad, manifestaron gratamente que reciben donaciones de supermercados y otros locales comerciales que los respaldan y apoyan continuamente.
Con respecto a sus preocupaciones, pusieron énfasis en la necesidad de prevención, para poder evitar los posibles focos de incendios que acarrea la quema de basurales y/o pastizales dentro de la ciudad, por la posibilidad del descontrol y el consiguiente riesgo para las viviendas linderas.
Asimismo, recordaron los riesgos propios del uso de las estufas y del fuego para combatir el frío, desde graves y hasta mortales intoxicaciones con monóxido de carbono, hasta poder convertirse en un peligroso punto de ignición.
Como sociedad, destaquemos y valoremos siempre su labor y valentía, colaborando cada uno de nosotros en prevenir y detectar todas las posibles amenazas que puedan dar origen a un incendio.