Del turrón Arcor al Danonino: cómo hacen las empresas para evitar los sellos en sus productos

De la modificación de las fórmulas (no necesariamente para hacerlas más saludables) a cambios en la categorización de los alimentos, las grandes alimenticias fabricaron trucos para que sus envases eludan los octógonos negros que advierten sobre exceso de calorías, sodio, azúcares y grasas.

Hecha la ley, hecha la trampa. Las empresas de alimentos fabricaron trucos para evitar que sus productos lleven los rótulos de advertencia de la ley de etiquetado frontal que alertan acerca de los productos con exceso de calorías, sodio, azúcares y grasas. Algunos encontraron vericuetos legales (e ilegales) para no mostrar los octógonos en los envases, otros modificaron sus productos para evitar la sanción. 

Advertir sobre las cantidades excesivas de estos nutrientes críticos, asociados al sobrepeso y la obesidad, favorece la prevención de las enfermedades no transmisibles (ENT) -como la diabetes, algunos tipos de cáncer o la hipertensión arterial- que causan el 73% de las muertes en la Argentina. Los valores máximos de azúcares, grasas saturadas, grasas totales y sodio son determinados por los límites del Perfil de Nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Estos márgenes son más laxos durante los dos primeros años de aplicación de la ley, es decir hasta noviembre de 2023. 

Una de las maneras que las empresas encontraron para esquivar los octógonos negros es la modificación de sus productos. Como explica la nutricionista y docente de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) Valentina Martínez, a veces estos cambios no hacen más saludables a los productos, como alienta la normativa, sino todo lo contrario. 

“La ley establece como límite que sólo el 30% del total de energía del alimento puede provenir de las grasas totales. Por eso lo que ocurre con algunos productos que tienen la imagen de ser light es que les aumentaron las calorías sin bajar las grasas totales. El resultado es que son más calóricos, pero sin los octógonos en el envase”, sostiene Martínez 

El queso crema Finlandia en su versión roja no tiene octógonos como sí los tiene en su versión verde o light. El motivo es que en su versión roja aumentó las calorías sin bajar grasas totales. Es decir que es menos saludable que su versión verde, pero no tiene advertencias. Este medio se comunicó con la empresa fabricante, Mastellone Hermanos, que no respondió las consultas. 

Otro truco: para evitar el etiquetado en una de sus golosinas, la empresa Arcor modificó la rotulación de su turrón de maní y lo inscribió como un “suplemento dietario a base de vitaminas C y A en oblea rellena con pasta de turrón de maní”. De este modo, el producto queda fuera de la regulación porque la ley de etiquetado frontal no alcanza a los alimentos para propósitos médicos específicos o los suplementos dietarios. Consultada por este cambio, la empresa no hizo comentarios.

Las marcas que más sufren el efecto del etiquetado son aquellas que tienen productos que aparentan ser saludables y, tras la entrada en vigencia de la ley, quedaron expuestas. En las redes sociales se multiplican los mensajes de sorpresa de los usuarios que gracias a los octógonos descubrieron que las Chocoarroz, de la empresa Molinos, tienen exceso de calorías, grasas totales, grasas saturadas y azúcar. 

LEER NOTA COMPLETA EN: Del turrón Arcor al Danonino: cómo hacen las empresas para evitar los sellos en sus productos – elDiarioAR.com

 

Relacionadas

Next Post